"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"

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"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"

martes, 18 de febrero de 2014

Una entrada inquilina

Esta semana estoy de visita. A veces es bueno respirar otros aires, sobre todo si los vientos van en la misma dirección sobre la que una camina. Me refiero a dos grandes blogs amigos que me han "empujado"amablemente a caminar un ratito juntos. 

Por eso, esta es una semana viajera (El Corte Inglés tiene la fantástica y aunque la mía también lo será, no quería copiarles), en la que, por una parte, visito virtualmente de nuevo el blog de mi amigo y colega (nunca me ha gustado demasiado esa palabra, pero no se me ocurre otra mejor) Javier Romeu, al que le debo el poder disfrutar tanto escribiendo en mi blog, después de permitirme los primeros vuelos en el suyo en el que publiqué/publicamos varios posts -que están a la derecha en este mismo blog- animándome a que fuera yo quien administrara el mío propio. 

En una de las últimas entradas de Javier en su blog ( http://disparefuturo.wordpress.com/2014/02/11/un-acogimiento-en-observacin/)  compartía reflexiones y documentos muy interesantes sobre el acogimiento familiar -que recomiendo absolutamente descargar y leer-, dada su experiencia tanto técnica como personal, y me lanzaba el reto en uno de los comentarios de la entrada de escribir algo sobre el acogimiento familiar en familia extensa. Por eso, he hecho la maleta virtual, me he mudado esta semana de blog y me he alojado en el de Javier, devolviéndole la réplica a la metáfora del almíbar. Como ahora  están de moda los programas culinarios en la televisión, os invito a degustar esta entrada "inquilina" y que no hagáis caso al sabor agrio del título. Podéis visitarla pinchand o aquí http://disparefuturo.wordpress.com/2014/02/18/pepinillos-en-vinagre-un-post-de-conchi-martnez/.

Por otra parte, estoy literalmente preparando la maleta para visitar físicamente a otros amigos, Sagra e Iñigo, administradores del blog "Dando vueltas" quienes se han atrevido a invitarme a participar en la Jornadas "Apostando por los buenos tratos: apego, resiliencia y parentalidad positiva" que se celebran este viernes y sábado en Vitoria Gasteiz . Espero que no se arrepientan después... Es este un viaje que realizo con ilusión, entusiasmo y ganas. Ya os contaré alguna de las muchas experiencias que podremos compartir en estos dos días.

Así que sin más, desearos que paséis una feliz semana y saboreéis todo lo que la vida os ponga por delante. Os dejo un video clip de una de mis canciones favoritas...







lunes, 10 de febrero de 2014

Educa, no pegues

Como tod@s sabéis, este es un blog que trata sobre resiliencia infantil, apego, parentalidad y buen trato. Y aunque son muchos los temas que como veis voy enlazando en relación a esto, hoy quiero aplicar a esta entrada una frase que comentaba esta misma semana con mi compañera de trabajo (aunque aplicada a otra situación): "a veces la mejor intervención es la no intervención".¿?¿?¿? Sorprendid@s supongo. 

Lo que quiero decir es que hoy no quiero opinar, ni aclarar, ni explicar,ni argumentar nada.

Sólo quiero trasladar de manera literal algunas afirmaciones que se recogen en una Guía de Save the Children dentro de la Campaña de sensibilización contra el castigo físico en la familia: Educa no pegues!:


"Efectos del castigo físico en los niños y niñas:

Daña su autoestima, genera sensación de minusvalía y promueve expectativas negativas respecto a sí mismo.

Les enseña a ser víctimas. Existe la creencia extendida de que la agresión hace más fuertes a las personas que la sufren, les “prepara para la vida”. Hoy sabemos que no sólo no les hace más fuertes, sino más proclives a convertirse repetidamente en víctimas.

-Interfiere sus procesos de aprendizaje y el desarrollo de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad.

-Se aprende a no razonar. Al excluir el diálogo y la reflexión, dificulta la capacidad para establecer relaciones causales entre su comportamiento y las consecuencias que de él se derivan.

-Les hace sentir soledad, tristeza y abandono.  

-Incorporan a su forma de ver la vida una visión negativa de los demás y de la sociedad, como un lugar amenazante.  

-Crea un muro que impide la comunicación padres - hijos y daña los vínculos emocionales creados entre ambos.

-Les hace sentir rabia y ganas de alejarse de casa.

-Engendra más violencia. Enseña que la violencia es un modo adecuado para resolver los problemas.

-Los niños y niñas que han sufrido castigo físico pueden presentan dificultades de integración social.

-No se aprende a cooperar con las figuras de autoridad, se aprende a someterse a las normas o a transgredirlas.

-Pueden sufrir daños físicos accidentales. Cuando alguien pega se le puede “ir la mano” y provocar más daño del que esperaba.


El castigo físico NO es una forma de educar.

Es evidente que el castigo físico produce reacciones en los niños y niñas pero esto no quiere decir que sea un instrumento educativo. Porque no educa, sino que confunde:  

El castigo físico paraliza la iniciativa del niño. Bloquea su comportamiento y limita la capacidad para plantear y resolver problemas.  

• Los niños y niñas cuando tienen miedo de ser castigados no se arriesgan a intentar cosas nuevas, de modo que no desarrollan su creatividad, su inteligencia y sus sentidos.  

No fomenta la autonomía del niño o niña, ni le permite elaborar normas y criterios morales propios.  

• Hace que el niño y la niña respondan a la sanción, no a su propia iniciativa ni a la responsabilidad que los padres desean inculcarle.  

• Fomenta una relación en la que el niño y la niña logran más atención de los padres a través de la transgresión de la norma.  

• Ofrece la violencia como un modo válido para resolver conflictos, aprendiendo actitudes violentas.  

Dificulta el desarrollo de valores como la paz, la democracia, la cooperación, la igualdad, la tolerancia, la participación y la justicia, esenciales para una sociedad democrática.  

• La violencia engendra violencia. El castigo físico legitima el abuso de poder dentro de todas las relaciones familiares.

• El castigo físico conlleva siempre castigo emocional, puesto que el cariño de los padres y su aprobación son el sostén afectivo del niño, y las bofetadas los pone en tela de juicio."


¿Verdad que no es necesario nada más para tenerlo claro?.



P.D. A petición de Laura Díaz de Entresotos (instructora de la Educación Consciente en España cuya página web os recomiendo visitar y que tenéis a la derecha en este blog donde podréis ampliar conocimientos sobre esta filosofía que no pueden ser reproducidos sin autorización de Alheta Solter), clarificar que SOLO es la traductora del libro "Juegos que unen"pero no de las otras publicaciones.

domingo, 2 de febrero de 2014

Juegos que unen, juegos de apego

Esta entrada debería comenzar diciendo algo así como " De la autora de la Educación Consciente ganadora del post más visitado en menor tiempo arrasando el ranking de lo más leído"(¡en dos semanas más de mil visitas!), como si se tratara del anuncio de una de esas películas cuyo nombre del director parece ya presagiar que lo que se espera es bueno...

Hace dos semanas, en la entrada "Los niños necesitan más nuestra atención y cariño cuando menos lo merecen sus actos" (pincha encima si no la has leído o quieres volver a hacerlo), ya os hablaba de Aletha Solter y su magnífica aportación con su modelo sobre la Educación Consciente que resumí brevemente en la entrada y que queda recogida en tres publicaciones traducidas al castellano que os recomendé. 

No os mencioné entonces la última publicación de esta psicóloga suizo-americana (no recuerdo exactamente por qué no lo hice, la verdad), pero esta misma semana, al pasar dentro de una librería de mi ciudad encontré este último libro, el que no citaba en la entrada (supongo que el destino debía saber que merecía un protagonismo especial). 

La situación fue así: reviso de izquierda a derecha los estantes de libros cuya temática frecuento y...ahí estaba esperándome el único ejemplar de la tienda, el libro "Juegos que unen. Cómo solucionar los problemas de comportamiento de los niños mediante el juego, la risa y la conexión" (Editorial Medici, 2013 la edición española traducida por Laura Díaz de Entresotos).

Tras la estupenda emoción de reconocerlo, le sigue la excitante acción de leer el índice para ver los contenidos, y... sin palabras.

Tres partes. 

Y ya en la primera, que se llama "Primeros pasos", el primer punto se titula "Introducción al juego de apego"...le sigue "Los nueve tipos de juego de apego"..."Directrices generales"..."Cuando le resulta difícil jugar (al padre/madre)".

¡Una joya!. Encontré un tesoro.

En la segunda parte del libro se dedica un importante apartado al Juego de Apego para resolver problemas de disciplina, tocando aspectos como la introducción  la disciplina no punitiva, el enfado y agresión, rivalidad entre hermanos, etc. 

La tercera parte del libro es más específica sobre el Juego de Apego para ayudar a los niños en momentos difíciles como el divorcio de los padres,el estrés escolar, fobias y ansiedades, enfermedades, accidentes y hospitalización, etc.

Lo que más me gusta: la base teórica de este libro es la teoría del apego

La autora, después de más de 25 años de experiencia recoge un compendio de juegos para padres e hijos a los que llama juegos de apego.

Según Aletha, el juego de apego tiene algunas particularidades que lo diferencian de los juegos tradicionales: está centrado en el/la  niño/a y busca fortalecer la conexión, a menudo involucra la risa, no requiere de ningún equipamiento especial y puede tener ligar en cualquier parte, en cualquier momento; no es competitivo y no tiene reglas fijas.

Se dirige a padres y madres de niños y niñas desde el nacimiento a los doce años.

Aletha establece que hay nueve tipos de juegos de apego:

1) Juego no directivo centrado en el/la niño/o: Ayuda a los niños y niñas a sentirse reconocidos, seguros y amados. Especialmente útiles para reconectar después de experiencias estresantes o separaciones, para ayudar a curarse del trauma o simplemente para fortalecer la conexión con ellos/as.
2) Juego simbólico con objetos o temas específicos: Efectivo para ayudar a los/as niños/as a curarse del trauma  o afrontar problemas conductuales.
3) Juegos de causa y efecto: Promueven la conexión, aumentan la confianza, transmiten aceptación,crean una sensación de fortalecimiento y establecen una reconfortante sensación de predecibilidad.
4) Juego de tonterías: Especialmente útiles para niños/as que tienen miedo de cometer errores.
5) Juegos de separación: Ayudan a los/las niños/as a lidiar de forma divertida con las separaciones diarias tales como ir al colegio, a superar emociones aterradoras resultantes de pérdidas o separaciones anteriores o incluso el miedo al abandono después del divorcio de los padres.
6) Juegos de inversión de poder: El adulto finge ser débil, torpe, estúpido, estar enfadado o asustado y eso ayuda al niño/a.
7) Juegos de regresión: Ayudan tanto a fortalecer la conexión como para la curación,por ejemplo después del nacimiento de un hermanito, o para papás adoptivos, al proporcionar la experiencia de ser cuidados amorosamente ayudando así a resolver el abandono o separación anteriores.
8) Actividades de contacto corporal: El juego fomenta el contacto físico y ayuda a reparar relaciones padres/madres-hijos/as, se experimenta un sensación de valía intrínseca, de seguridad, de pertenencia.
9) Juegos y actividades cooperativos: Fortalecen la conexión, útiles para conseguir cooperación, para niños y niñas que hacen trampas y para problemas conductuales derivados de la rivalidad entre hermanos o de un divorcio.

Como veis una estructuración clara de juegos que tienen como finalidad fortalecer el apego y solucionar problemas de conducta en los niños y niñas mediante un enfoque de disciplina ni autoritario ni permisivo, mediante un planteamiento no punitivo que utiliza la risa, el contacto físico, la comunicación, el intercambio de roles, etc. 

Muchos son los libros que existen en el mercado en los que, desde una perspectiva claramente conductual, pretenden ofrecer a padres y madres "recetas" para el manejo de la conducta. Y no es que yo menosprecie el valor de muchas de estas técnicas que incluso aplico y recomiendo en algunas ocasiones dependiendo de los objetivos a trabajar (soy por tanto lectora y seguidora de este tipo de publicaciones), sino que soy de la opinión de que un planteamiento educativo y de crianza ha de llevar la afectividad como abanderada muy por encima una aplicación a rajatabla de técnicas para tratar los indicadores conductuales que puedan presentar los niños y niñas en un momento dado. 

De hecho, muchos de estos problemas de comportamiento no aparecerían si se trabajara, desde la prevención, juegos como los que describe Aletha Solter en su libro (dejando de lado que cada niño/a es un mundo y hay casos concretos que con el amor y atención incondicional sólo no es suficiente). 

Detrás de una conducta hay siempre una emoción y muchas veces no coinciden de manera manifiesta, es decir, un/a niño/a con miedo de ser poco querido puede mostrar una conducta no propia de miedo, sino de enfado,y los padres abordar el tema con castigos y riñas entendiendo que lo que quiere es únicamente fastidiar. 

Pero además, pienso que la aplicación estricta y única de métodos conductuales en niños y niñas que han pasado por terribles experiencias traumáticas de abandono o maltrato, o que han visto conflictos en su entorno que no pueden integrar como violencia familiar, no hacen más que reconfirmar sus expectativas sobre los adultos en tanto que poco confiables y causantes de un dolor añadido. No puedo imaginarme a ninguno de nosotros/as, los mayores, llevando una mochila llena de experiencias aterradoras de miedo, rabia e impotencia, acatando sin más rígidas pautas, establecidas incluso a veces por profesionales, cuando lo que necesitamos es que nos escuchen, nos quieran y nos den seguridad. Lo que decía la frase...con las mejores intenciones, se obtienen los peores resultados.

Tampoco una educación excesivamente flexible es apropiada para ningún niño o niña. Al principio puede parecer muy positivo evitar cualquier riña, educar el libertad, el "laissez-faire" mal entendido...cuando lo que los niños necesitan son guías y límites que les ayuden en su camino. ¿Os imagináis atravesando un puente de madera largo y estrecho sin barandillas a los lados?

Afecto, juego, límites, normas, comunicación... Aletha ofrece un modelo, que seguro que no es ni el mejor ni el único. Leyendo el libro yo también me sorprendo al ver algún tipo de juego que propone como por ejemplo cuando plntea pasar tiempo con el niño/ gritando palabrotas juntos y riendo precisamente para eliminar esta conducta ¿?¿?¿? Claro, lo primero que se piensa es que hacer eso puede hacer que lo haga con mayor frecuencia y en otros contextos. Aletha explica que si se usa como ella indica "empezará a usar el lenguaje ofensivo más como una invitación a jugar con usted y menos como una manera de sentirse poderoso, impresionar a otros o expresar enfado. El juego y la risa disminuirán la tensión o la vergüenza conectadas con estas palabras..." 

Controvertido, si. Se puede o no estar de acuerdo, pero al menos nos hace pensar desde argumentos nada desdeñables.

Feliz semana

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