Como tod@s sabéis, este es un blog que trata sobre resiliencia infantil, apego, parentalidad y buen trato. Y aunque son muchos los temas que como veis voy enlazando en relación a esto, hoy quiero aplicar a esta entrada una frase que comentaba esta misma semana con mi compañera de trabajo (aunque aplicada a otra situación): "a veces la mejor intervención es la no intervención".¿?¿?¿? Sorprendid@s supongo.
Sólo quiero trasladar de manera literal algunas afirmaciones que se recogen en una Guía de Save the Children dentro de la Campaña de sensibilización contra el castigo físico en la familia: Educa no pegues!:
"Efectos del castigo físico en los niños y
niñas:
- Daña su
autoestima, genera sensación de minusvalía y promueve expectativas negativas
respecto a sí mismo.
- Les enseña a ser víctimas. Existe la
creencia extendida de que la agresión hace más fuertes a las personas que la
sufren, les “prepara para la vida”. Hoy sabemos que no sólo no les hace más fuertes,
sino más proclives a convertirse repetidamente en víctimas.
-Interfiere sus procesos de aprendizaje y el
desarrollo de su inteligencia, sus sentidos y su emotividad.
-Se aprende a no razonar. Al excluir el
diálogo y la reflexión, dificulta la capacidad para establecer relaciones
causales entre su comportamiento y las consecuencias que de él se derivan.
-Les hace sentir soledad, tristeza y
abandono.
-Incorporan a
su forma de ver la vida una visión negativa de los demás y de la sociedad, como
un lugar amenazante.
-Crea un muro
que impide la comunicación padres - hijos y daña los vínculos emocionales
creados entre ambos.
-Les hace sentir rabia y ganas de alejarse de
casa.
-Engendra más violencia. Enseña que la
violencia es un modo adecuado para resolver los problemas.
-Los niños y niñas que han sufrido castigo
físico pueden presentan dificultades de integración social.
-No se aprende a cooperar con las figuras de
autoridad, se aprende a someterse a las normas o a transgredirlas.
-Pueden sufrir daños físicos accidentales.
Cuando alguien pega se le puede “ir la mano” y provocar más daño del que
esperaba.
El castigo
físico NO es una forma de educar.
Es evidente que
el castigo físico produce reacciones en los niños y niñas pero esto no quiere
decir que sea un instrumento educativo. Porque no educa, sino que confunde:
• El castigo
físico paraliza la iniciativa del niño. Bloquea su comportamiento y limita la capacidad
para plantear y resolver problemas.
• Los niños y
niñas cuando tienen miedo de ser castigados no se arriesgan a intentar cosas
nuevas, de modo que no desarrollan su creatividad, su inteligencia y sus
sentidos.
• No fomenta
la autonomía del niño o niña, ni le permite elaborar normas y criterios morales
propios.
• Hace que el
niño y la niña respondan a la sanción, no a su propia iniciativa ni a la
responsabilidad que los padres desean inculcarle.
• Fomenta una
relación en la que el niño y la niña logran más atención de los padres a través
de la transgresión de la norma.
• Ofrece la
violencia como un modo válido para resolver conflictos, aprendiendo actitudes
violentas.
• Dificulta el
desarrollo de valores como la paz, la democracia, la cooperación, la igualdad,
la tolerancia, la participación y la justicia, esenciales para una sociedad
democrática.
• La violencia
engendra violencia. El castigo físico legitima el abuso de poder dentro de
todas las relaciones familiares.
• El castigo
físico conlleva siempre castigo emocional, puesto que el cariño de los padres y
su aprobación son el sostén afectivo del niño, y las bofetadas los pone en tela
de juicio."
¿Verdad que no es necesario nada más para tenerlo claro?.
P.D. A petición de Laura Díaz de Entresotos (instructora de la Educación Consciente en España cuya página web os recomiendo visitar y que tenéis a la derecha en este blog donde podréis ampliar conocimientos sobre esta filosofía que no pueden ser reproducidos sin autorización de Alheta Solter), clarificar que SOLO es la traductora del libro "Juegos que unen"pero no de las otras publicaciones.
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