¿Te imaginas que por arte de magia viniera un hada y te preguntara “y tú, como
quieres que sea tu familia”? Quizás alguna vez (seguramente después de una discusión
en la que nos hemos sentido frustrados) hayamos pensado porqué tuvimos que
tener esta familia y no otra. O al contrario, hayamos vivido momentos tan felices en ella
que nos hayamos sentido afortunados de nacer aquí, en ese mismo instante y
lugar en que llegamos al mundo. O las dos cosas.
Y me vais a dejar que os diga que la magia no existe, existen las
relaciones, los vínculos, las funciones, que hacen que los miembros de la
familia crezcan a veces en una dirección y a veces en otra. Por ello,porque la familia cambia porque también cambian sus miembros, es importante tener las claves que nos hacen manejar de
manera más efectiva una situación, y hablando de padres/madres e hij@s... lo mejor
es SABER Y SABER HACER. Y para saber hacer bien hay una palabra especial (que
no mágica) que tiene mucho valor: EXPECTATIVAS.
Solo podremos hacer bien nuestra función educativa si lo que esperamos de
nuestros/as hijos/as es acorde a la edad o circunstancias que tienen. Recuerdo
hace poco una sesión familiar en la que un pequeño de 13 años, con una
importante discapacidad cognitiva y retraso en diversas áreas entraba a la sala
de forma asustadiza, moviéndose inquieto hacia todos los lados y buscando la mirada de su madre
de forma desesperada. El chico no había venido nunca a esta sala, era un
contexto nuevo, extraño y me atrevo a decir que amenazante.
Lo que el niño
buscaba era la mirada de seguridad y tranquilidad de su madre para poder
sentarse y tener la aprobación de que allí no iba a pasar nada malo. ¿Sabéis cuál
fue la respuesta de su madre?. Le instó de un grito a que se sentara de una vez
y se portara bien. Ante mi sorpresa e intervención en defensa del asustado
muchacho, recordándole a su madre que no había venido nunca y que a él le podría hacer
sentir incómoda la situación, su siguiente respuesta fue, “Es tonto para lo que
quiere, para ver la tele si que está listo.”
Uffffff!!! ¿Saber? ¿Saber hacer? ¿Deshacer?
Este es un claro ejemplo de que los padres y madres no solo no lo sabemos
todo, sino que además no lo hacemos bien cuando esperamos cosas que no podemos
pedir, o cuando atribuimos mala intención si no hacen lo que se les dice. Y
es que los/las pequeños/as se desarrollan siguiendo unos hitos evolutivos que
no podemos pasar por alto (y menos en niños con dificultades en su desarrollo físico
o cognitivo). Hay un Tiempo de crecer, al que debemos estar atentos. Así se
llama la guía que comparto hoy con vosotr@s, dirigida a padres y madres de niños
de 4 a 10 años, elaborada por UNICEF, Chile Solidario y Fosis
En esta guía encontraréis un montón de cosas interesantes que os animo a explorar, pero me quedo
con un extracto de la misma que tiene que ver con la pregunta con la que
iniciaba la entrada.
Y aunque la magia no existe, podemos lograr cosas verdaderamente increíbles
si sabemos, y sabemos hacer…siendo adultos sensibles y disponibles que conocen el
desarrollo evolutivo para así saber lo que se puede esperar de los hijos así como también detectar algunas posibles dificultades de
forma temprana.
- Queremos una familia en que nos respetemos y demostremos cariño….
- Fijándose
más en las cualidades de cada integrante de la familia y menos en los defectos
- Aceptando que cada persona es
diferente y merece respeto siempre- Tratándose por el nombre y con palabras amables
- Entregándoles
seguridad y confianza a sus niños y niñas, felicitándolos, animándolos,
acompañándolos y apoyándolos en lo que necesiten
- Buscando
momentos para compartir en familia
- Buscando
espacios para estar solos los adultos
-Dejando
que los niños y niñas jueguen libres aunque desordenen un poco (después pueden ayudar
a ordenar)
- Hablando
con respeto y cariño del padre o la madre aunque él o ella esté ausente
- Queremos una familia donde haya comunicación y expresión de sentimientos…
- Creando
espacios para estar con los niños y niñas (Ej.: Apagar la televisión cuando
llegan del colegio para compartir un rato o acompañarlos en silencio mientras
realizan alguna actividad)
- Realizando
actividades juntos y conversando sobre ellas. Por ejemplo, la comida que
prepararon, el programa de televisión que vieron, el partido que jugaron, etc.
- Buscando
momentos adecuados para conversar (en que haya tranquilidad, sin estar haciendo
otras cosas, sin distracciones, etc.)
- Dando el
ejemplo al comunicar lo que siente y piensa y motivando a los niños y niñas a
hablar. (Ej.: Cada uno cuenta lo que hizo en el día, cómo se sintió
- Conversando
sobre las penas y alegrías de cada uno
- Hablándoles
mirándolos a los ojos y sentándose a su misma altura
- Escuchándoles
atentamente, con respeto y demostrando interés.
- Dándoles la oportunidad de decir
lo que les pasa, antes de que usted opine
- Poniéndose en el lugar del niño o
niña. Tratando de comprender lo que está sintiendo
- Evitando los
interrogatorios como, por ejemplo, “¿Cómo te fue en la escuela? ¿Hiciste las tareas?”
Mejor es partir con: “Hola, qué bueno que llegaste”
- Siendo
positiva o positivo. Felicitándolos más seguido y evitando centrarse en los
errores o fallas. La
felicitación debe ser sincera
- Buscando
cercanía física con los niños y niñas
- Observando
las formas de expresión no verbales de los niños y niñas. Ej.: A veces una cara
triste, comunica más que una palabra
- Queremos una familia donde lo pasemos bien….
En la vida
siempre hay problemas, pero uno se puede esforzar en crear momentos para tratar
de pasarlo bien y así estar mejor preparados para enfrentar las dificultades
- Aprovechar
actividades cotidianas para conversar y compartir como, por ejemplo, comer
juntos
- Jugar juntos
(a la pelota, a los naipes, etc.)
- Ir en familia
a la plaza o salir de paseo a algún lugar
- Acompañar al
papá o a la mamá a la cancha
- Ver algún
programa de televisión en familia
- Celebrar los
cumpleaños y aniversarios
- Queremos una familia donde las personas adultas ejerzan su autoridad con respeto y cariño…
No tema
decirle NO con firmeza al niño o niña. Cuando lo haga, explíquele por qué
no, de manera cariñosa y anímelo a buscar otras alternativas
-Hable claro: de una orden
corta y directa para que el niño o niña entienda lo que se le pide y cuándo
debe cumplirla. Ejemplo: “Deja de molestar a tu hermana AHORA”, “quiero que te
vistas YA para ir a la escuela”.
-Evite los
gritos: es
mejor un tono firme pero calmado, hablar tranquilo, mirando a los ojos y con
algún tipo de contacto físico, como poner una mano sobre su hombro.
-Reconozca las
buenas conductas y felicítelo para asegurar que lo vuelva a hacer: “Qué bien lo hiciste, te
felicito”
- El padre, la
madre y/o adulto responsable no deben desautorizarse entre sí porque desorientan al
niño o niña. Las diferencias de opinión entre los adultos tienen que
conversarse en privado, buscando un acuerdo
- Queremos una familia donde haya buen trato…
El conflicto
es parte de nuestra vida cotidiana. Todos tenemos conflictos en nuestras
relaciones familiares, dificultades para ponernos de acuerdo o maneras
diferentes de hacer las cosas. Lo importante es saber enfrentar las diferencias
y resolverlas de manera pacífica, sin usar la violencia.
- Entregándose afecto mutuo,
escuchándose y dialogando
- Tratando de
ponerse en el lugar de la otra persona
- Estableciendo
normas
y límites claros.
Cuando los hay, los niños y niñas se portan mejor y habrá menos ocasiones para
perder la paciencia
- Controlándose,
siendo ejemplo de no violencia
- Dejando en
claro que no aprueba la violencia como una forma de resolver conflictos
- Hablando de
sus sentimientos y expectativas
- Diciéndoles a
los niños y niñas de su familia qué siente y piensa acerca de ellos,
especialmente, lo que espera de cada cual. Estando atento a los sentimientos de
los niños y niñas. Si uno de ellos comienza a presentarse más agresivo o
triste, es bueno hablar con él o ella a solas, preguntándole siempre primero cómo
se siente y qué problema tiene. Escuche lo que tenga que decir, sin retarlo o
retarla.
Pidiéndole disculpas cuando se equivoque, así su niño o niña aprende también a
reconocer sus propios errores
- Defendiendo
los derechos de cada integrante de su familia. Por ejemplo: poner un recordatorio
en alguna parte de la casa, que les recuerde que TODOS TIENEN DERECHO A DECIR LO
QUE PIENSAN Y SIENTEN, siempre que lo digan con respeto y de buena manera
-Pidiendo
ayuda siempre
Ójala todas las familias del mundo lograran ser así. Como no lo podremos saber nunca, hagamos que al menos las nuestras lo sean. Feliz semana.
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