Aceptando el reto de despedir el año con un acróstico que me lanzó hace unos días mi estimado amigo y compañero Apega, el psicólogo José Luis Gonzalo Marrodán (seguro que todos le conocéis ya, y si no es así no podéis perderos su preciado blog Buenos tratos), me he puesto manos a la obra y he aquí lo que ha salido.
Siempre es bueno pararse a pensar y si la reflexión es compartida, mucho mejor. Por eso, os regalo mis pensamientos en este fin de año con esta pequeña osadía de definir, a través de este acróstico, algunas palabras que encierran en este año 2014 que termina lo que forma de alguna manera parte de este blog y de mi propio trabajo, con el que disfruto y aprendo continuamente.
¿adivinas las palabras escondidas?
Reto. Cada nuevo niño o niña,
cada familia, cada persona que entra en mi camino profesional suponen un reto, un desafío, una oportunidad de ayuda en la que se ponen en juego habilidades,
capacidades y conocimientos confiando que puedan traducirse en pequeñas dosis
de alivio emocional, en grandes cantidades de promoción de sus recursos y en
millones de partículas de esperanza, aceptación, ilusión, confianza, empatía,
libertad, etc. que hagan posible la revinculación afectiva, la posibilidad de
creer en la relación de ayuda y volver a poder crear lazos de afecto que sanan
heridas y entretejen nuevas miradas del pasado y preparan nuevos diseños del
futuro.
Esperanza. De poder creer en el
cambio entendido como la búsqueda de pedacitos de felicidad, de mirar adelante confiando en un futuro
capaz de ofrecer a nuestros niños y niñas oportunidades para disfrutar de la
vida. La vida es bonita para los que se sienten amados aunque sea solamente por
un adulto capaz de hacerle sentir importante, grande por dentro. De este modo
podrán afrontar mejor las adversidades. Mejor si les acompaña la preciosa frase
“si tienes un porqué para vivir encontrarás casi siempre el cómo”.
Sonrisa. Lo que nunca debe faltar
en la cara de un niño o niña. Hay mil razones para sonreir cada día, solo hace
falta verlas o pensar en ellas. A veces imaginarlas como posibles. El poder de
una sonrisa es inmenso, conecta con nuestras neuronas espejo de manera
inmediata. ¿Eres capaz de resistirte a sonreir cuando ves que lo hace un niño o
niña?. El lenguaje de la felicidad.
Ilusión. Según la RAE puede tener como acepción “concepto, imagen o
representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados
por engaño de los sentidos” o también “esperanza cuyo cumplimiento parece
especialmente atractivo”. Permitidme que
ofrezca mi propia definición de ilusión - como recogía en una entrada anterior http://resilienciainfantil.blogspot.com.es/2014/01/el-sembrador-de-estrellas-o-lo-que-tu.html-,
como la posibilidad de modificar el significado de las cosas ( y las historias)
modificando el entorno. Mirar desde
diferente perspectiva a veces para ver las luces y fortalezas de las personas.
Que aunque la persona no lo vea, la luz que deja a su paso en un futuro
iluminará el camino. Pensar que a veces tenemos estrellas junto a nosotros
aunque no las veamos. Que ante la oscuridad/adversidad siempre sale una luz
interior de la que no éramos conscientes en otros momentos de nuestra vida. Y
lo mejor, que la ilusión no tiene edad ni sabe de diferencias.
Libertad. Sensación de hacer y
decir lo que uno quiere. Saber que te puedes alejar pero que hay vuelta
posible. Elegir, no sentirse coaccionado ante exigencias de otros. En mi caso,
libertad es realizar las cosas que me gustan, compartir, poder expresarme,
inventar o tomar de otros lo que me parece bonito, sentarme ante el ordenador y
dejarme llevar. Un sueño que quisiera fuera compartido con todas las personas
que sufren mientras esperan el momento de escapar de su jaula sea cual sea
ésta.
Inocencia. La esencia de los
niños y niñas. No hay maldad en ellos, solo estrategias de supervivencia
generalmente aprendidas de los adultos para escapar de algo o para dejar de ser
invisibles ante ellos. Nunca un niño o niña es culpable de su sufrimiento, no
hay nada que justifique un maltrato activo o pasivo.
Empatía. Calzarse los zapatos del
otro. Sentir como sienten pero sin perder de vista ese “como si” que decía Carl
Rogers. Comprender como sienten y piensan los niños y niñas y sus familias manteniendo la suficiente distancia mínima para que no nos invadan sus
sentimientos de forma viral, pero teniendo la suficiente aproximación como para
entender sus emociones en función de sus coordenadas personales.
Niñez. Período de la vida que
debería ser siempre maravilloso pero que en ocasiones se ve enturbiado por
circunstancias familiares, porque existen padres y madres que no pueden, o no
saben o no quieren desempeñar su rol. Gracias a la existencia de tutores de
resiliencia esos nubarrones pueden desplazarse y ver que el sol sale cada día, ¡¡pese
a que vuelvan a aparecer las nubes acompañadas de rayos y truenos!!. La
creación de paraguas resistentes con varillas flexibles capaces de resistir los
azotes del viento y fuertes tejidos impermeables que permiten avanzar en el
camino de la niñez enturbiada y encontrar la luz del sol gracias a personas
significativas que les acompañan en su crecimiento. La mejor etapa de la vida.
Confianza. Nada más bello que la
capacidad de ofrecer a los otros un espacio seguro donde poder sentirse sentido
y reconocido, de escuchar sus palabras diciendo “tú me entiendes” o “siempre
voy a confiar en ti”. Esa confianza se traduce en compromiso, en una especie de
conexión invisible que hace que fluya un canal de comunicación genuina, de
revelar sentimientos, destaparse ante el otro porque se siente que no te hará
daño. Nuestros niños y niñas han sufrido muchos desengaños en su vida, muchas
veces por parte de quienes debieran ser sus protectores y cuidadores…y sin
embargo siguen confiando en quienes saben mirar más allá de lo visible, quienes
no se quedan con sus actos inadecuados o sus respuestas desproporcionadas. Como
decía Saint- Exuperié: lo esencial es invisible a los ojos.
Ingenuidad. Lo que nunca quiero
perder. La capacidad de asombrarse de sorprenderse incluso por lo evidente. Lo
que permite dar pasos adelante pisando baldosas de confianza. Compañera de la
inocencia y amiga de la ilusión. Capacidad que se pierde con experiencias que
hacen daño.
Aceptación. Somos lo que somos
por las experiencias vividas y la interpretación que de las mismas hacemos.
Solo aceptando a la persona, con su historia y la mochila que lleva podemos
ofrecer una relación de ayuda. Pero no siempre es fácil. Se entremezclan
juicios de valor, resonancias personales, limitaciones para tolerar a quien es
distinto a uno mismo.
Imaginar. Crear, construir en la
mente, idear rutas que lleguen a buen puerto. Planificar. Vivir con el
pensamiento lo que queremos vivir en la realidad. Inventar mundos posibles.
Reinventar el pasado.
Naturalidad. Ser uno mismo, sin
impostar. Reconociendo las debilidades y limitaciones y, ¿por qué no? elogiando
nuestros puntos fuertes, lo que sabemos hacer bien. Espontaneidad, asertividad,
ser capaces de decir lo que sientes o piensas de manera respetuosa. Los años me
han hecho ser cada vez más natural, incluso a veces puede que demasiado. Siento
la necesidad de pensar en voz alta ante las personas, niños y adultos con los
que trabajo. Compartir hipótesis que me ayuden a ayudar, sin que ello
signifique que lo sepa todo o que no me equivoque.
Familia. Grupo social capaz de
transformar lo posible en real, de ofrecer afecto, consuelo, seguridad,
valores, y dar sentido a nuestro
proyecto de vida. Espacio de laboratorio social donde se germinan las
relaciones futuras, se practica para hacer frente a las dificultades y se aprende a
disfrutar de las cosas bonitas. Relaciones vinculares donde comienza a
desarrollarse la resiliencia primaria.
Apego. Un tipo de vínculo
afectivo que se diferencia de los otros en que mediante el mismo se busca la
protección, el cuidado, la seguridad y bienestar en la relación. La
sensibilidad, la disponibilidad, la aceptación y la valoración del niño o niña
por parte del adulto promueven el apego seguro. La inconsistencia, la
negligencia, el maltrato, la falta de disponibilidad tienen como consecuencia
el desarrollo de apegos inseguros con graves consecuencias a lo largo de la
vida. Sentirse apegado a alguien forma parte de los tesoros de la vida.
Narrativa. Historia que hacemos
de nuestra historia. Explicación y representación de mi vida y mis
circunstancias. Importante en muchas ocasiones reelaborar la historia, darle
otro sentido, otra significación que permita integrar las experiencias vividas
y sentidas de manera adaptativa, sin que el dolor impida o bloquee la expresión
de los recursos personales de la persona. Un cuento de uno mismo. El final podemos construirlo, el principio no.
Tiempo. Bien escaso muy
necesario. Las relaciones necesitan tiempo. Los avances necesitan tiempo. La
cicatrización de heridas necesitan tiempo. “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa
lo que le hizo tan importante”, leíamos en
El Principito. Mientras esperamos el paso del tiempo transformamos
nuestras circunstancias.
Introspección. Mirarnos para
adentro, pensar y sentir de manera autocentrada. Aprender a conectar con
nuestro mundo interior para poder comprender y entender al prójimo. Paso previo
a la mentalización, solo puedo sintonizar contigo si manejo y se modular mi
frecuencia.
Luciérnagas. Otra metáfora de la
resiliencia. Todos sabemos de estos fascinantes gusanos de luz, capaces de
brillar en la oscuridad con luz propia. Emitir rayos de fortaleza aun cuando
desconocemos el futuro inmediato. Iluminar nuestros entorno para hacernos ver y
para ver a los otros.
Os deseo un Feliz Fin de Año y que el 2015 os traiga buenos momentos de Felicidad, Paz y Amor.
Gracias, excelente acróstico de la Resiliencia Infantil.
ResponderEliminarMuchas gracias María de los Ángeles. Ha sido una bonita tarea realizar el acróstico. Y si encima va acompañado de elogios como el tuyo, la satisfacción es mayor. Te mando un fuerte abrazo!!
EliminarBueno no, buenísimo!!!! Me ha gustado mucho. Si que lo has currado, y ha dado un bonito acrobático.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo.
María J.
María con qué entusiasmo transmites que te ha gustado!! Me agrada que así sea. Yo también te deseo todo lo mejor para el Nuevo Año. Un abrazo!!
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