"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"

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domingo, 8 de septiembre de 2013

Reordenando el baúl de los recuerdos

Nada se borra, simplemente creemos haber olvidado”. Así dice una de las frases con que Boris Cyrulnik nos deleita en su último  libro “Sálvate, la vida te espera”, de la editorial Debate, que desde ahora podemos disponer en español. Toda una joya de libro que he comenzado a leer en el que Boris, desde su propia autobiografía nos relata una infancia marcada por la adversidad. En la contraportada del libro definen al autor como “profundo conocedor de la mente, vivió una infancia traumática. Separado de sus padres, que fueron asesinados en campos de concentración, vivió como fugitivo, escondido en casas de familias de acogida y en orfanatos”. Una infancia dura pero con final feliz que merece ser conocida en esta más que aconsejable lectura.

La memoria y su funcionamiento es uno de los temas que trata en el libro. Pero, paremos un momento. Veamos cómo vas tú de memoria. ¿Recuerdas ese juguete que presidía muchas tardes de domingo llamado Super Cinexin? ¿Tuviste la oportunidad de tenerlo?¿Recuerdas el sonido del mecanismo con una manivela que hacía accionar el aparato y que era, por cierto, el único sonido que se escuchaba pues solo proyectaba películas mudas?. Lo particular de este proyector y que le daba un valor añadido era que tú podías elegir la velocidad a la que querías proyectar la película moviendo tan sólo la manivela más o menos rápido. Pero lo mejor, sin duda, era poder accionarla en sentido contrario y retroceder en las escenas, todas las veces que quisieras, recrearte, pararte, avanzar, volver al inicio. E interpretar la historia pues sólo había imagen. Algo así como nuestra propia memoria sobre nuestra vida, que podemos de manera voluntaria (e incluso a veces de forma involuntaria) recrear escenas concretas conectando unas con otras con diferente tipo de nitidez.

Te invito a ver una de esas películas del Cinexin pinchando encima de la imagen (tiene una calidad bastante mala, por lo que te aconsejo que no pongas la opción de pantalla completa).
 ¿Cuál es el mensaje que pretende transmitir?¿Qué recuerdos afloraron en ti? ¿Alguna emoción en particular? ¿Conectaste con alguna escena de tu vida? Posiblemente si todos y todas respondierais no diríais lo mismo, sino que en función de la propia experiencia (incluso si sois más jóvenes y no ha formado parte de vuestros juegos), vivencias, conocimientos…habría diferencias.  Seguramente la primera pregunta tendría respuestas más parecidas pero el resto no. Y , si tuvieras que organizar tus recuerdos en una película, ¿Qué recuerdos enlazarías?¿ Coincidirían con los recuerdos de las otras personas que han compartido esos momentos contigo? .
 
Según Boris Cyrulnik “Nadie otorga el mismo significado al mismo hecho. La emoción atribuida a la escena conservada en la memoria depende de la historia del sujeto, lo que significa que, ante una misma situación, cada uno se construye recuerdos diferentes…Es el contexto el que atribuye un significado al hecho presente.”
 
Y luego está cómo la mente organiza esos recuerdos.
Cuando Boris habla de sus vivencias y las analiza llega a la conclusión de que había organizado sus recuerdos para dar coherencia a la representación del pasado, para poder soportarlos sin angustia. La representación de los hechos le tranquilizaba, pensar que había personas que se habían interesado por él aunque otros quisieran matarle por ser judío restaba sentimientos dolorosos y aumentaba los sentimientos de esperanza.

Cuando la memoria es sana construimos una representación de nosotros mismos coherente y tranquilizadora. La persona que tiene una memoria sana pone de relieve algunos objetos, algunas palabras y algunos acontecimientos que constituyen una representación clara. Una memoria traumática no puede construir una representación de uno mismo que proporcione seguridad, porque al evocarla se rememora de nuevo la imagen del choque. En la memoria traumática, un desgarro increíble fija la imagen pasada y enturbia el pensamiento.”
 
La memoria traumática es una alerta constante para un niño herido: cuando ha sido maltratado, adopta una actitud de vigilancia inmóvil.” En mi trabajo con niños y niñas en situación de riesgo o que han vivido experiencias traumáticas constato en una gran mayoría de casos un estado de hipervigilancia (continuo estar alerta, pendiente de todo) que muchas veces es etiquetado como TDAH. ¿Cómo no van a estar alterados en su conducta, cómo van a atender en el aula, si su contexto de vida no le garantiza la seguridad mínima que necesita cualquier persona para desarrollarse…o si su memoria traumática está en continua activación interfiriendo en prácticamente todas las áreas de su vida?.
 
Dice Cyrulnik que “esta influencia de la memoria traumática provoca reacciones que alteran la manera de relacionarse….Prisionero de su hipermemoria, fascinado por una imagen terrible, el herido no está disponible para lo demás. Ha perdido la libertad de tratar de comprender y de hacerse comprender. Aislado entre la gente, se siente solo, expulsado de la condición humana: “No soy como los demás…¿un monstruo tal vez?” . Esa es la etiqueta que se/le pone él mismo y/o su entorno cuando no hay respuestas coherentes a su conducta.
 
Hace poco escuché en televisión, a propósito de un proceso judicial sobre un caso mediático en el que se cuestionaba que en el sumario no había determinados documentos que siguiendo la máxima del derecho “lo que no consta en sumario, no existe”. ¿Podemos decir eso de la vida de niños y niñas que han pasado situaciones muy adversas, algunas terribles, y que no constan nada más que en su memoria, que es la parte que no se puede “probar”? ¿Dejan de ser importantes para explicar su conducta por no estar explícitas?
 
Lo importante: existe esperanza de poder sanar e incluso existe la esperanza de proteger  y ayudar a los niños antes de que ocurra la adversidad. En el primer caso, Boris afirma que “ese tipo de memoria parecida a una huella biológica no es inexorable, aunque esté grabada en el cerebro. Evoluciona en función de las relaciones que hacen que el cerebro reaccione de manera diferente. Cuando el medio cambia, el organismo que recibe otros estímulos ya no segrega las mismas sustancias.”. Luego la resiliencia secundaria es sinónimo de esperanza y mejora.
Por otra parte, afirma Cyrulnik que “los dos factores de protección más valiosos son el apego seguro y la capacidad de verbalizar. El hecho de ser capaz de hacerse una representación verbal de lo que nos ha sucedido y de encontrar a alguien a quien dirigir ese relato facilita el control emocional. El sentimiento de seguridad impide que la memoria visual se apodere del mundo íntimo e imponga en él imágenes de horror. Todos los traumatizados tienen una buena memoria de imágenes y una mala memoria de palabras….El desarrollo que debilita el alma, y en caso de desgracia, permite que se origine un síndrome traumático está determinado por un aislamiento sensorial y una dificultad para verbalizar, que son anteriores al trauma. Eso explica por qué, en una situación de horror, quienes han adquirido seguridad y han aprendido a comunicarse están menos traumatizados. Sin embargo, cuando hay que sobrevivir en condiciones adversas, los microtraumas repetidos a diario, puesto que aíslan e impiden la palabra, acaban por imbuirles una vulnerabilidad de la que antes se habían librado. Vivir en condiciones adversas provoca alteraciones neurobiológicas análogas a las de un trauma manifiesto: reducción del volumen hipocámpico que altera la memoria e impide controlar las emociones.
 
En la memoria traumática se impone un recuerdo. La persona aislada ha adquirido una vulnerabilidad neuroemocional. Si además domina mal el instrumento verbal o si su medio le impide hablar, se reunirán todas las condiciones del sufrimiento traumático; una vez fijada en la memoria, el sujeto prisionero de su pasado no puede dejar de pensar en él y de padecer la evocación de los recuerdos.”
 
"Si antes del trauma el sujeto había adquirido seguridad y hablaba correctamente, si después del trauma obtuvo el apoyo necesario y fue escuchado, la memoria evoluciona porque está sana. En ese caso, la representación de lo que le ha sucedido cambia con el tiempo y según el contexto familiar y cultural. Cuando la memoria está sana, los recuerdos se organizan.”

Apego seguro y verbalización, dos poderosas armas para defenderse ante acontecimientos desestabilizadores o traumáticos….
Vuelve a la película Cinexin con los recuerdos de tu historia de vida. Ponle ahora no sólo imágenes sino también verbalizaciones asociadas  a los recuerdos. Pásate al cine sonoro pero esta vez detente en aquellos momentos que supusieron una adversidad para ti y piensa el sentido que tenía entonces y la interpretación que ahora das de aquello. Investiga preguntando a otras personas sobre aquellas situaciones...Quizás compruebes, como dice Boris, que ¡retocaste tu memoria para hacerla más soportable!

Seguiré con la lectura y continuaré compartiendo.

 
 

6 comentarios:

  1. Claro que retocamos la memoria, eso es muy comun. aún sin saber que es un recurso para hacer el pasado menos doloros, se hace para ponerle color a episodios negros de nuestra vida. Debe ser un buen libro, me lo anoto para proximas lecturas.
    Con esta reseña dan ganas de leerlo.

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    1. Gracias por tu comentario. El color hace que las sombras sean menos peligrosas para nuestro bienestar interior!!!

      Sobre el libro...yo sólo he comenzado con el primer capítulo (tiene 5) y te aseguro que merece la pena.

      Saludos

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  2. Ebook o papel? Jajaja muy buen articulo Conchi Ser capaz de narrar episodios traumaticos de tu vida necesita de un trabajo de introspeccion y de ayuda brutal. Por cierto a mi el cinexin no me iba muy bien se rompio enseguida. :-(

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    1. Da igual ebook o papel,porque el contenido es el mismo,muy bueno por cierto.

      Estoy de acuerdo contigo en la complejidad de analizar y mirar hacia dentro hechos traumáticos,sobre todo cuando existen lagunas o bloqueos inconscientes que limitan la posibilidad de tener una percepción integral y objetiva. En el trabajo con chicos y chicas encuentro además que necesitan tiempo, pese a que haya muy buena relación terapeútica,para tratar los temas más difíciles. Se puede hablar de muchos temas, pero los verdaderamente traumáticos precisan, según mi experiencia, de una confirmación de la relación segura y de la garantia de aceptación incondicional. Solo se puede verbalizar abiertamente cuando se ha blindado un contexto contenedor y de protección.

      Sobre lo de tu Cinexin...espero que tu memoria episódica funcione mejor que tu aparato proyector en su momento!!! Jajaja

      Un abrazo

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  3. Enhorabuena por esta entrada, ya veo que es altamente recomendable el libro de Cyrulnik. El gran Boris sigue manteniendo el listón en todo lo alto. Comparto contigo Conchi, que para trabajar lo traumático hace falta dar tiempo y mimar la relación terapéutica de tal forma que pueda dar calidez y contención (la función de holding, contenedora, que no tuvieron, de la que habla Winnicott) Cuando esto se logra, el chico o la chica están más capacitados (se les ha tenido que explicar el beneficio que tiene narrar y ordenar su historia, el por que) para hacerlo; así en algunos casos me he encontrado que piden hacerlo: es la confianza del terapeuta transferida.

    Por otro lado, lo que recoges del libro de Cyrulnik pienso viene a ratificar porque los niños que sufren traumas en la etapa preverbal presentan alteraciones más graves que los que las sufren posteriormente. Sin embargo, si sucede en etapas posteriores, y se ha contado y se cuenta con una base segura y posibilidades y entorno que favorezca la expresión verbal, el impacto es menor.


    Te seguiremos, Conchi, muy interesante. Pero el libro ya veo que merece lectura, así que a por el.

    Un abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario José Luis.

      Efectivamente interesante el nuevo libro.Concretamente lo que comentas sobre los traumas en la etapa preverbal es lo que también nos explicaban en el Diplomado Jorge y Maryorie de la importancia de los tres primeros años, como un sustento teórico más que apoya el paradigma desde el que trabajamos.

      El tiempo en la relación terapeútica no es que sea oro, como se suele decir, sino que es el camino para llegar al verdadero interior de los niños y las niñas.El respeto, la confianza, la comprensión y el interés por lo que piensa y siente son como las señales del mismo que van indicando hacia donde dirigirse. Yo he tardado en algunos casos hasta un año para poder acceder a contenidos dolorosos. Pero merece la pena, las prisas y la relación de ayuda no son compatibles!!!

      Aprovecho para desearte todo lo mejor en este "nuevo curso" de tu blog que comienza mañana del que nos nutrimos y aprendemos continuamente.

      Un abrazo

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