"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"

"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"
"Solamente dos legados duraderos aspiramos a dejar a nuestros hijos: uno raíces...el otro, alas"

lunes, 18 de agosto de 2014

Para ti, para mi, para todos...cuidado receptivo

“¿Sabía que el 80% del crecimiento de nuestro cerebro se produce hasta los 3 años de edad? Esto significa que la forma en la que los padres y los cuidadores nutren el desarrollo del cerebro de los niños pequeños es muy importante. Lo que hace ahora con su hijo afectará el resto de la vida de su hijo”...

Este es uno de los párrafos que aparecen en las guías que quiero hoy compartir con  vosotros, unos materiales que pretenden apoyar el crecimiento saludable de los niños y niñas  y el aprendizaje a través del cuidado receptivo (significa que los padres y madres prestan atención a sus hijos, notan las señales de necesidad y desarrollo, y responden a dichas señales demostrando afecto y apoyo).

Se trata de 4 guías estructuradas por etapas elaboradas por la Texas Pediatric Society, que incluyen ejemplos cotidianos de cómo los niños pequeños nos muestran sus necesidades y su progreso evolutivo, a la vez que provee ejemplos a los adultos de cómo responder a dichas necesidades demostrando afecto y apoyo.
 
Cada una de ellas se organiza por dominios, o categorías del desarrollo: El Desarrollo de la Motricidad y de la Salud Física, El Desarrollo Social y Emocional, El Desarrollo del Lenguaje y la Comunicación, El Desarrollo Cognitivo. Una joya sin duda, un material para padres y madres pero también para profesionales, quienes tenemos la preciosa y complicada tarea de orientar para unas prácticas bientratantes.
Y además sirven para todas las personas, da igual donde estés o cómo seas, si tienes uno o más hijos, si trabajas o no, si te sientes triste o feliz cuando leas esto. Ser padre o madre no cambia en la esencia. No importa el lugar físico que ocupes en la Tierra, sino el espacio emocional que conquistas en tu hijo/a, el cuidado receptivo que le aportes. En la medida en que mostramos una respuesta sensible atendiendo a sus necesidades pero también a su momento evolutivo podemos ayudarles a tomar conciencia de sí mismo, a autorregularse, a tener una mayor confianza y seguridad, a comunicarse de manera adecuada con los otros, etc., o lo que es lo mismo les ayudaremos a crecer con un mayor bienestar y a desarrollar su resiliencia.

Las guías que os comento son las siguientes:


http://www.littletexans.org/Media/0-8m%20Spanish%20Parenting%20Guide%20-%20Web.pdf
0-8 meses
 

http://www.littletexans.org/Media/8-18m%20Spanish%20Parenting%20Guide%20-%20Web.pdf
8-18 meses
  


http://www.littletexans.org/Media/18-36m%20Spanish%20Parenting%20Guide%20-%20Web.pdf
18-36 meses
 
 
http://www.littletexans.org/Media/36-48m%20Spanish%20Parenting%20Guide%20-%20Web.pdf
36-48 meses
 Como decía un anuncio de un conocido refresco:
"Para los gordos. Para los flacos. Para los altos. Para los bajos. Para los que ríen. Para los optimistas. Para los pesimistas. Para los que juegan. Para las familias.  Para los responsables. Para los comprometidos. Para los náufragos. Para los de allí. Para los que trabajan. Para los de aquí. Para los románticos. Para los que te quieren. Para los que no te quieren. Para los que te quieren mucho. Para los que te quieren poco. Para los bronceados. Para los nudistas. Para los supersticiosos. Para los originales. Para los calculadores. Para los sencillos. Para los que leen. Para los que escriben. Para los astronautas. Para los que viven solos. Para los que viven juntos. Para los que se enrollan. Para los que besan. Para los primeros. Para los últimos. Para los hombres. Para los precavidos. Para ella. Para los músicos. Para los transparentes. Para los que disfrutan. Para los fuertes. Para los que se superan. Para los que participan. Para los que viven. Para los que suman. Para los que no se callan. Para nosotros". Para todos los padres y madrescrianza receptiva.

Si te encargaran el cuidado de un terreno, no uno cualquiera, sino el más preciado del mundo ¿cómo lo cuidarías? ¿lo abonarías, quitarías las malas hierbas, regarías con amor, pondrías las mejores semilas? Tu hij@ es el tesoro más grande que tienes. Haz que fluya, desde el principio, la magia del buen trato, de la sensibilidad, del amor...y verás como brilla el resto de su vida. 

miércoles, 6 de agosto de 2014

Carta para un niño herido

Hay encuentros que dejan huella, que calan en lo más hondo del ser. Una parece haber visto muchas cosas, vivido muchas situaciones, saber mucho después de haber leído tanto...pero llega un guiño del destino y te coloca frente a frente en una situación única. Me vais a permitir que la entrada de hoy sea diferente y le dedique unas palabras a un niño muy especial que he conocido.

Carta para un niño herido

"Hoy mi carta es para ti, niño herido. Apenas me conoces y extiendes tu mano para coger la mía, confiado y extrañado, cercano y temeroso.  Apenas unos minutos bastan para que esperes de mí un gesto de cariño, una palabra que acaricie tu mente, que te confirme que puedes confiar en mí. El dolor es grande y la herida profunda, pero tú no puedes expresarlo, no hay palabras, no hay historia coherente que pueda explicar el daño que te hicieron los que debieron cuidarte.  Cuando no se puede dar sentido a la experiencia de sentirse abandonado, cuando el temor paraliza los sentidos, cuando no existen palabras sino hechos dañinos y emociones, solo queda el desgarro de la vida, el vacío, la nada.  

Tus ojos tienen un doble fondo. Cuando me miras no ves solo mi cara, ni mi ropa, ni mis gestos. Penetras en mi alma lanzando una mirada lejana, como ausente, que no es más que la reminiscencia de tus peores momentos, de tu angustia, de tu miedo en los primeros años de vida. Pero al mismo tiempo tus ojos transmiten vida, esperanza, ganas de jugar conmigo, de tocar mi brazo para comprobar que estoy ahí contigo. Te quedas quietecito, mirando, analizando sin observar nada concreto. Esos mismos ojos que miran al cielo desde tu columpio mientras tu mamá, la que te quiere y te cuida desde hace un tiempo, consigue hacer que llegues alto, muy alto, casi al cielo, quizás para poder preguntar allí el porqué de tu historia.


Sonríes extasiado en cada uno de los movimientos que te impulsan balanceándote hacia arriba, con la mirada fija en la copa de los árboles que se mueven aleteando al ritmo que a ti te marcó la vida, sin una dirección. Tus papás biológicos no pudieron enseñarte el frescor en la cara de la brisa del mar, ni el perfume de las flores, ni el sonido de los pájaros al despertar cada mañana. Te enseñaron a temer los sonidos estridentes de los adultos que gritan, el dolor de no sentirse calmado cuando se tiene hambre o frío, la incertidumbre del entorno cambiante, ahora aquí, luego allá, pero siempre lo mismo. Soledad, abandono, desidia, miedo.
El precio de esa vida es muy grande. Arrastras carencias imposibles de borrar. No podemos llenar de agua un colador, al igual que no podemos llenar tu mochila con bonitas experiencias, como las que tú mereces. ¿por qué tuvo que sufrir tanto un niño como tú? ¿acaso eres responsable de tener unos padres que no supieron cuidarte?

Y corres, sonríes, buscas continuamente la mirada y el abrazo de quien sabes que te quiere. Y en cada movimiento tuyo, una lágrima de impotencia cae desde lo alto del cielo, lamentando tu sufrimiento, tus temores nocturnos, tus rabietas, tu incapacidad para expresar cómo te sientes.  Diluvios de amor desde el cielo para expiar la pena.
Pero aunque la vida no es justa para alguien como tú,  la esperanza te acompaña a ti y a los que te rodean, quienes tienen la suerte de disfrutar de tu risa, de comprobar tus avances, de recibir tu ternura de mil formas diferentes. Nadie sabe hasta dónde llegarán  tus logros, pero el camino es largo y vas bien acompañado ahora. Solo espero que ese brillo de tus ojos y esa sonrisa inocente estén siempre contigo, y que sigas encontrando en la vida personas que te quieran y te cuiden. Gracias por regalarme unas cuantas sonrisas y una tarde difícil de olvidar."

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